Alrededor de 20 millones de niñas, niños y adolescentes en México viven en condiciones de pobreza, lo que les impide acceder a derechos, como el de la salud, educación, alimentación y vivienda digna.  

Además, la pandemia por COVID-19 agravó la situación en los hogares mexicanos, ya que generó pérdidas de empleo, reducción de sueldos, cierre de negocios, abandono escolar; también aumentó la dificultad para incorporarse al mercado laboral.

Contribuimos a que las y los jóvenes comiencen y/o completen una transición exitosa, con el objetivo de acceder a medios de vida sostenibles y trabajos decentes. De esta manera, buscamos debilitar el ciclo de la pobreza intergeneracional a mediano plazo, y así reducir las privaciones en materia de superveniencia, aprendizaje y protección de las y los jóvenes y sus familias. 

Trabajamos para que, frente a una emergencia, las familias en mayores condiciones de vulnerabilidad cuenten con insumos alimenticios básicos.