Lee lo que dice nuestra experta Rebecca Smith sobre lo que nos enseña la serie Adolescencia de Netflix acerca de la seguridad infantil en línea, los riesgos que enfrentan las niñas y los niños en internet y qué podemos hacer al respecto.

Blog por Rebecca Smith
Directora de Protección Infantil, Save the Children International

El mundo como lo conocemos está cambiando rápidamente. Cada medio segundo, un niño o niña hace su primer clic en internet. Uno de cada tres usuarios de internet tiene menos de 18 años. Como mamá, mi primera reacción al ver la serie Adolescencia en Netflix fue: “Necesito hablar con mis hijos.” Al trabajar en un equipo global enfocado en la protección infantil, sé que no estoy sola. Mis colegas —desde Nigeria hasta Australia— tuvieron exactamente la misma reacción: ¿qué está pasando con nuestras niñas y niños y cómo podemos protegerlos?


El mundo cambia a un ritmo acelerado. Cada medio segundo, un niño o niña hace su primer clic en internet, y uno de cada tres usuarios de internet tiene menos de 18 años. Nos preocupa especialmente la difusión de discursos misóginos que promueven la violencia contra mujeres y niñas, y los algoritmos que refuerzan y promueven contenido cada vez más dañino, como lo muestra de manera tan contundente la serie Adolescencia.

Las leyes, políticas y programas escolares no están avanzando al mismo ritmo que las tecnologías, lo que deja a niñas y niños expuestos. Aunque muchas veces se adaptan mejor que los adultos, esa brecha entre la seguridad y la realidad les impide contar con las herramientas para identificar y enfrentar posibles daños. Ellas y ellos mismos están conscientes del peligro y les preocupa.

Una adolescente de 16 años en Rumania, que forma parte del Consejo Infantil Europeo de Save the Children, lo expresó así:

“Las niñas y niños que son vulnerables en la vida real están aún más en riesgo en línea, sobre todo si provienen de contextos donde faltan muchos recursos. Buscan llenar esos vacíos… Sin protecciones legales adecuadas, es más fácil que se aprovechen de ellos por la falta de regulación. El marco legal es definitivamente uno de los temas clave.”


Como pudimos constatar en la serie Adolescencia de Netflix, Internet no fue creado pensando en niñas y niños. Y, aunque las tecnologías digitales traen muchos beneficios: nuevas formas de aprender, jugar, explorar intereses, hacer amistades e impulsar cambios, las plataformas no fueron diseñadas para ellas y ellos. Esto les pone en riesgo de encontrarse con contenido dañino y no regulado, explotación o coerción, ya que no existen suficientes medidas de prevención.

Navegar seguras y seguros en internet
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Para enfrentar estos riesgos, Save the Children propone cuatro acciones clave que gobiernos, escuelas, empresas tecnológicas y familias deben tomar para proteger integralmente a la niñez en línea:


Si realmente queremos acabar con la violencia contra la niñez, necesitamos protegerla dentro y fuera de internet. Un estudio que realizamos el año pasado sobre grooming en línea, junto con la Universidad de Western Sydney y niñas y niños de 7 países (Australia, Camboya, Colombia, Finlandia, Kenia, Filipinas y Sudáfrica), reveló que dos de cada tres interactúan diariamente con personas desconocidas.

Ellas y ellos son sociables por naturaleza, y aunque se sienten confiados y cautelosos al navegar en línea, muchas veces no creen que las personas adultas a su alrededor sepan cómo apoyarlos cuando lo necesitan.

Los entornos digitales deben adaptarse a su edad y necesidades específicas. Una niña de 12 años en Australia dijo:

“Las personas deberían estar seguras al interactuar con desconocidos en línea, porque un solo mensaje, video o publicación puede tener un gran impacto en la mente de un niño. Muchos niños están siendo agredidos en internet y no saben cómo defenderse. Por eso, estoy alzando la voz por todos los que han sido agredidos.”

Save the Children aplaude los esfuerzos de los estados para establecer regulaciones claras que protejan a niñas y niños de los riesgos en línea. Las plataformas digitales deben ir más allá del simple cumplimiento legal: deben usar inteligencia artificial y equipos humanos para monitorear, prevenir y actuar ante cualquier forma de explotación o abuso. También deben atender los sesgos algorítmicos y adaptar sus moderaciones de contenido al contexto local.

Pero también reconocemos que el uso seguro y acompañado de la tecnología puede traer grandes beneficios, y que prohibirla por completo no es una solución.


Necesitamos basarnos en lo que ya sabemos que funciona para prevenir la violencia y tener el valor de identificar las brechas. Este tema genera muchas emociones y deseos de actuar rápido, pero es importante que las políticas se basen en evidencia.

Save the Children promueve la colaboración entre academia, empresas tecnológicas y especialistas de todo el mundo para trabajar con niñas y niños y construir soluciones con base en datos reales. Es crucial hacerlo en países del sur global, donde el acceso digital creció de la noche a la mañana, muchas veces sin educación ni supervisión.

Así como no permitirías que un adolescente conduzca sin antes tomar clases, debemos enseñar a la niñez —y a quienes les cuidan— a ser ciudadanos digitales informados, desde un enfoque diseñado con y para ellas y ellos.


Las soluciones deben crearse con niñas y niños. La serie de Netflix mostró claramente cuánto más saben sobre tecnología digital que muchos adultos. La responsabilidad de protegerlos es compartida entre gobiernos, empresas, docentes, familias, trabajadoras sociales y la propia niñez.

Las escuelas deben fomentar el uso responsable de la tecnología, dentro y fuera del aula. Las plataformas digitales deben incluir principios de seguridad desde el diseño, permitiendo a niñas, niños y adolescentes reportar contenido dañino y participar en los cambios.

Personas adultas deben trabajar con la niñez para diseñar programas y políticas, y alzar la voz por cambios efectivos. Save the Children tiene una larga trayectoria acompañando a niñas, niños y adolescentes que exigen acciones en los temas que más les afectan.


Conectar servicios en línea y fuera de línea: Save the Children hace un llamado a las empresas tecnológicas a seguir colaborando con autoridades y organismos de protección para reportar, investigar y sancionar casos de abuso. Los gobiernos deben invertir en programas de alfabetización digital para niñas, niños y personas adultas de confianza.

Madres, padres y docentes no necesitan tener todas las respuestas, pero sí deben saber cómo hablar de manera activa y significativa con sus hijas e hijos, y a dónde acudir por ayuda.

El personal docente puede hablar sobre consentimiento, comportamiento respetuoso en línea, acoso, y temas relacionados con el envío o visualización de imágenes íntimas, además de fomentar una autoestima sana.

También debemos recordar que, muchas veces, los adolescentes buscan ayuda en otros adolescentes. Hay que impulsar más espacios de aprendizaje entre pares. Las líneas de ayuda funcionan, pero solo si cuentan con personal capacitado para hablar con niñas y niños de forma empática, sin juicios, y con canales para dar seguimiento a cada caso.


Proteger efectivamente a niñas y niños en internet requiere un enfoque integral. Sabemos que las prohibiciones totales no funcionan, pero también sabemos qué sí funciona. Todas y todos tenemos un rol que cumplir y, si trabajamos juntas y juntos, con y para la niñez, podemos construir una infancia digital más segura.